Casa Larga 

Es una casa de pueblo recién restaurada, situada en una tranquila placeta de Melegí­s, un pueblo situado entre huertos de naranjos, y a poca distancia de dos bares/restaurantes. La casa está justo al lado de Casa Larguita

Se ha restaurado con los mejores materiales, y se ha decorado con mucho estilo.

El ambiente de la casa denota la influencia morisca en su diseño: colores intensos, azulejos azules, verdes, ocres y rojizos. Un recibidor decorado con azulejos nos lleva directamente al corazón de la casa, un amplio salón de estar en dos alturas y una cocina muy bien equipada.

Desde el salón de estar y la cocina podemos acceder al patio encalado, donde tenemos una zona techada equipada con mesa y sillas.

También hay un comedor más formal con una magní­fica mesa de castaño fabricada por encargo y sillas de hierro forjado.

Detrás de la casa hay otro salón de estar con sofás y chimenea abierta. Desde este segundo salón de estar, accedemos a una galería porticada que da directamente al huerto.

Desde el salón del recibidor, la escalera nos lleva a un amplio rellano, donde encontramos un dormitorio de matrimonio con su propio baño. Este dormitorio tiene una cama con varales de hierro, el techo es alto y deja las vigas de madera al descubierto. También cuenta con un vestidor con cómoda.

El mobiliario se ha escogido con cuidado, los armarios se han hecho por encargo en un color azul vivo a juego con la combinación armónica de azules y verdes que domina la casa. También hay un dormitorio sencillo más pequeño con una chimenea muy original.

Todos los dormitorios tienen percheros y armarios y comparten un cuarto de baño alicatado con azulejos verdes y azules pintados a mano.

Desde el rellano, accedemos a un vestidor con estantes y armarios que sirve de acceso al dormitorio principal, donde encontramos una amplia cama de matrimonio y muebles antiguos, y desde donde la vista al huerto es espléndida. El cuarto de baño del dormitorio está decorado con magníficos azulejos.

El primer piso tiene una terraza pequeña con vistas al huerto. Desde el rellano, una escalera nos lleva a la terraza de la azotea en dos niveles, con magní­ficas vistas del Valle de Lecrín y de Sierra Nevada. En la azotea, tenemos una pequeña cocina y mesa y sillas para cenar al aire libre.

Pero sin duda, lo que más destaca de esta casa es su espléndido huerto y jardín. Desde la sala de estar, accedemos a una amplia terraza con chambao que incluye una barbacoa de obra y una amplia piscina con forma de riñón.

Junto a la piscina, hay un huerto de naranjos que se extiende hasta la linde con la finca de otros vecinos. El huerto tiene varios árboles que ofrecen su sombra y sus frutos a los invitados: limones, naranjas, higos, peras, nísperos...